Aislamiento social... por Antonio Cabrero Díaz

27.10.2017 09:10

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo.

Aquí estamos otra vez sin cambios en el tiempo. No hay novedad a lo que la política nacional e internacional se refiere. Todo sigue igual, los listos suben y los tontos impulsan su ascensión.

El otoño, mi estación preferida, ha sido aniquilado. Esta maravilla, que aportaba una melancolía sanadora y unos colores que nos hacían sentir bien, ha sido absorbida por la globalización y las variaciones térmicas del mercado.

La mentira, la madre del desengaño, cotiza en alza. Actualmente no somos capaces de decir más de dos palabras seguidas sin mentir, por simple afición y sin interés alguno.

Qué no harán aquellos que rigen nuestros destinos, y nos bombardean con información que nos hace cometer errores a la hora de eligir, y provocan daños colaterales y directos.

Una reseña especial para aquellos que pasan de los 40 años y están fuera del mercado laboral. A pesar de que la experiencia es un grado las empresas no quieren gente con dignidad, principios y pensamiento propio que no digan a todo que sí.

Sin más, esperando que les guste y les disguste, les dejo con:


 

AISLAMIENTO SOCIAL


 

En nuestras ciudades hay un motón, millones, de personas que viven solas. La inmensa mayoría de ellas son mayores, y de estos las mujeres las más numerosas al ser más fuertes y más longevas.

Estas personas son ciudadanos que tienen unos derechos. Han cumplido el ciclo natural de la vida y han envejecido dentro de una sociedad en donde se han perdido todos los valores que ellos mismos inculcaron.

Los gobiernos se han desentendido totalmente de ellos. Solo les tienen en cuenta cuando hay elecciones. Es curioso como después de tener abandonada a la tercera edad año tras año, ¡de repente!, son su prioridad, tanto que incluso les consideran una fuente de sabiduría y saber estar.

Nuestros mayores son atemorizados por la propaganda mediática de una posible pérdida de las pensiones. Entonces votan a aquellos partidos que les prometen que su poder adquisitivo será mantenido. Una vez pasados los comicios les subirán 25 céntimos de euro y si te he visto no me acuerdo.

Hay administraciones (las del cambio) y comunidades (País Vasco) que intentan hacer algo para cuidar a estas personas que viven en soledad. Les facilitan asistencia médica a domicilio, les incluyen en programas de acompañamiento, y les proporcionan, vía teléfono, seguridad y unos últimos años de vida lo más dignos posibles.

Hasta aquí la parte oficial que nos vende el sistema del bienestar. Hay otra parte y es el de un gran sector de la población que decide vivir solos por múltiples razones, que van desde la independencia personal hasta la oposición a los convencionalismos sociales.

A estas personas que optan por ser autónomos y vivir con la mayor libertad posible el estado les castiga (vivienda, impuestos, etc.). El Gran Hermano, como diría Orwell, no se puede permitir el lujo de que haya individuos que se salten las normas de uniformidad poniendo en peligro el perfecto funcionamiento de la máquina.

Para que esto funcione bien hay que seguir todas las normas establecidas. Hay que nacer, hay que buscarse un trabajo, hay que emparejarse, hay que reproducirse, y, una vez explotado por el estado, hay que morir sin hacer ruido y en el más completo de los silencios.

Hay que cuidar a todas esas personas que por obligación se han visto en la más absoluta soledad. Hay que tratar igual de bien a todos aquellos ciudadanos que han decidido voluntariamente estar solos. Es evidente que hay ciudadanos de primera, de segunda, de tercera, de cuarta, y, por último, los que cuestionan al poder y aman la libertad.