Parálisis Permanente... por Antonio Cabrero Díaz

17.11.2017 01:17

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo.

Aquí estamos otra vez sin habernos comido ni una castaña. Se hace muy difícil ir a la garganta de La Eliza, en Pedro Bernardo, y asarse unos calbotes sudando la gota gorda. Menos mal que tenemos Halloween para celebrar el día de todos los muertos.

Hace años que, cuando voy al monte o a la Casa de Campo, no me cae esa lluvia lenta y fina del mes de noviembre. Hemos padecido el mes de octubre más seco desde que se inicio el siglo y nuestros pantanos han alcanzado el nivel más bajo desde 1995.

A los países que gobiernan el planeta no les da la real gana de ponerse serios con el cambio climático. Los coches tendrían que ser híbridos y el petróleo debería ser utilizado para todo menos para contaminar. El ahorro energético y las energías renovables son la única oportunidad que la tierra tiene para su supervivencia.

Sin más, esperando que les guste y les disguste, les dejo con:

 

PARALISIS PERMANENTE

 

Aunque nos movamos todo está quieto. La situación en España es de parálisis permanente. No hay un gobierno que gobierne. No hay una oposición que haga oposición. No hay ningún cambio para que se reparta la riqueza. Nada cambia para que todo siga igual.

PP, son la iniciales de las palabras que titulan este artículo. También son las iniciales del partido que nos mal gobierno. Partido este que un juez ha verificado que es totalmente corrupto, desde el que abre la puerta de su sede hasta el que lo preside, Mariano Rajoy Brey. ¿Por qué ninguno está en la cárcel?

Se está demostrando que miembros, muchos miembros, del Partido Popular, han robado y han cobrado dinero sucio. Alguno ha caído brevemente. Encarcelan a algunos de sus componentes para que veamos que el estado de derecho funciona, están entre rejas un tiempo mínimo, pagan fianzas millonarias, se van a la calle y de lo robado, no sabe, no contesta.

Me gustaría ser político profesional. A un amigo músico que se quiere comprar una vivienda digna y no puede le he dicho que se afilie al PP, o al PSOE, o al PdCAT, o al que sea. Ahí no creo que tenga problemas para que un banco le dé un crédito.  La parálisis es total. El ciudadano no se entera de que Ignacio González ha salido de prisión pagando “solo” 400.000 euros, Forcadell 150.000, Santi Vila 50.000, y así podría estar todo el día.

Podría seguir enumerando casos de delincuentes de alto “standing” que salen rápido de la trena pagando fianzas millonarias. Cifras que nos resultan tan cotidianas que las vemos normales, tan normales que no caemos en la cuenta de que 500.000 euros no son 50, y que jamás tendremos ese dinero en nuestros bolsillos.

Llevamos un año con un gobierno en minoría. Unos y otros representantes políticos de los contribuyentes no han hecho nada para mejorar nuestras vidas. La derogación de la ley de seguridad ciudadana, “ley mordaza”, no se ha producido, la de anulación de la “criminal” reforma laboral, que consiguió que la gente rodeara el congreso y saliese a la calle (gracias Podemos por cargaros la protesta callejera), no se ha producido, los acuerdos para tomar medidas contra el cambio climático y la sequía, no se sabe, y, lo más sangrante, el pacto educativo, del cual depende el futuro de nuestra sociedad, está aparcado hasta nuevo aviso.

El tiempo y los hechos nos dan la razón. Las personas que consideramos a los políticos herramientas del poder somos reafirmados, tristemente, día a día, en nuestras ideas. Todos los partidos tratan los diversos temas según les hagan ganar o perder votos para alcanzar la poltrona.

Ahora está de actualidad Cataluña, antes los refugiados, la corrupción, y así sucesivamente uno detrás de otro van pasando asuntos importantes a nuestros ojos mientras a nuestras espaldas llegan a acuerdos con las grandes empresas.

Lo único que puede hacer el ciudadano es votar cada cuatro años a esta panda de sinvergüenzas, los cuales no dejan de ser un reflejo de lo que nosotros somos, y quedarse en casa rezando a la virgencita para quedarse como están.

En estos momentos difíciles en la historia de España era mi deber avisar de la parálisis permanente que sufrimos. Era mi obligación pellizcar los cerebros de los patriotas del estado para que se den cuenta que lo que está en juego no es la unidad de nada y si perder los pocos derechos que nos quedan.