Bestial!... por Antonio Cabrero Díaz

21.10.2016 00:00

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo.

Aquí estamos otra vez para comprobar que todavía hay gente honrada y sensata. Ha tenido que ser un tal Alex Calabuig, colaborador de la revista runners, el que haya llamado a las cosas por su nombre. Es un alivio ver que no soy el único que pensó que deberían haber metido en la cárcel a Alistair Browlee por haber empujado a su hermano Jonathan para que pasara la meta a falta de 500 metros en la última prueba del mundial de triatlón.

Se jugaban el campeonato del mundo frente a Mario Mola. El susodicho iba a conseguirlo pero le dio un golpe de calor. Se deshidrató, perdió el control postural y la orientación. Cualquier médico le hubiera parado y hubiera intervenido de inmediato, para evitar un posible fallo cardiaco o una muerte cerebral. Nunca habría que haberle movido.

Los medios, lejos de hacer una crítica verdadera, ensalzaron el hecho. Lo vendieron a bombo y platillo como una gesta épica. ¿Qué hay detrás de todo esto?, pues una excelente campaña publicitaria para que, emulando a los grandes atletas, consumamos lo productos de las multinacionales deportivas.

¿Dónde están los organismos que velan por la salud del ciudadano?, ¿a la OMS  le parece que realizar una actividad física o deportiva de manera extrema es saludable?, ¿por qué no paran esta locura los gobiernos de los países desarrollados?, la repuesta no esta en aire y sí en la tierra, porque el dinero esta por encima de todo.

Llevo más de treinta años entrenando y lo que estoy viendo ahora no lo he vista nunca. Gente que no ha hecho deporte en su vida se pone a entrenar como loca, y en breve espacio de tiempo realiza actividades que requieren de años de preparación, como maratones, triatlones, carreras de montañas, o entrenamiento funcional. Que sepan que es más sano tomarse unas cañas después de un paseo, y que se están matando por nada, o salir en face book, que es lo mismo.

Sin más, esperando que no les voten y alcancen la mayoría en las más que futuribles terceras elecciones, y que les guste y disguste lo escrito, les dejo con:

 

¡BESTIAL!

 

 

A todos los que padecen una enfermedad grave. Les pido que sean valientes para poder superarla. Me he puesto en su piel y creo que lo que he escrito a continuación es lo que se les tiene que pasar por la cabeza.

 

 

Nunca presté atención cuando escuchaba que la estadística era noticia. Estaba muy lejos de esas cifras que ocultaban seres humanos. Personas enfermas con historias individuales, con angustias verdaderas y, sobretodo, reales.

Como odio a los que te aseguran una vida larga y placentera si sigues unas pautas básicas de buena alimentación, un poco de ejercicio y no tener malos hábitos, como fumar o beber. Nos engañan para que consumamos un tipo de productos que a los que más benefician es a las multinacionales de turno.

Me han  comunicado que tengo una enfermedad grave pero no terminal. Puede ser cáncer, ELA, o que más da. El mundo se me ha venido encima y se me han caído los contrafuertes de los castillos que custodiaban mi vida perfecta.

Los médicos, como de costumbre, me han puesto en lo peor. El tratamiento, después de la operación, va a ser largo y complicado. Yo como tanta gente he optado por la medicina tradicional y no por la alternativa y natural. Pienso que es más rápida y efectiva, aunque sea más agresiva y destructiva.

El siguiente paso es comunicárselo a la familia. No quiero que se entere la gente. La compasión no es ningún consuelo. Tampoco quiero dar pena. Soy una persona enferma no un pelele. Al final todo el  mundo de mi entorno más cercano se acabará enterando. Sabré poner las cosas en su sitio cuando sea menester.

Agradezco las muestras de apoyo pero en estos momentos soy muy egoísta, y no acepto la facilidad de palabra del que no lo sufre. Qué fácil es decir que te vas a curar cuando no eres tú el que se tiene que curar. Lo único que me viene a la cabeza es lo injusta que es la vida. ¿Por qué a mí y no a otro?

A medida que pasan los meses lo voy aceptando. Una semana va mejor y otras peor. Un paso adelante y otra atrás. Los caracoles son velocistas a mi lado. Espero llegar a meta antes que la liebre como pasa con la tortuga de la fábula.

La medicación me quita las fuerzas. Aunque la tome para siempre tengo la esperanza de volver a llevar una vida parecida a la que tenía antes. Con ser autosuficiente, no tener excesivos dolores, y andar con dignidad por este mundo, que antes era de colores y ahora esta invadido por uno, el gris, me conformo.

Cuando estoy de bajón me paro a pensar en la suerte, dentro de la desgracia, que tengo. Me acuerdo de la gente que me quiere y que esta luchando conmigo. Su cariño aumenta mis fuerzas, y, aunque estas sean escasas, hacen frente al desánimo lo suficiente como para seguir en pie y adelante.

Cuando pase todo y mire hacia atrás seguro que me dará la risa. Me parecerá absurdo todo lo que valoramos en esta vida. Lo ridículos que son nuestros problemas y necesidades. Valoraré que lo realmente bestial es superar un trance de esta categoría, y me sentiré feliz porque mis principios e ideas hayan sido los principales artífices de esta espectacular victoria.