Bla, bla, bla y más bla... por Antonio Cabrero Díaz

18.12.2015 00:00

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo.

Aquí estamos otra vez para pedirles, suplicarles, que NO VOTEN al PP, ni al PSOE, ni a Ciudadanos, si acaso a Podemos, que son los que dicen que van a luchar por la justicia social.

Sin más, esperando que tengan conocimiento y VOTEN pensando en las futuras generaciones, y que les guste y les disguste lo escrito, les dejo con:

 

 

BLA, BLA, BLA, Y MÁS BLA

 

 

Es lunes estoy en el patio del colegio dando clase. Se cruzan varios profesores de secundaria. Parece que soy el referente para los que se consideran de izquierdas. No entiendo por qué la gente en cuanto me conoce me cataloga de “izquierdas”. Yo sólo he sido de la Antonia. Nunca he pertenecido a un grupo que me aceptara como socio.

Ricardo, profe de tecnología, me recuerda que el próximo domingo hay elecciones generales, y que tengo que ir, si o si, a votar. Se me había olvidado. El fin de semana tuve un día que me ha hecho olvidar todos los demás. Me comenta que va a votar a Podemos, pero que su mujer esta como yo, que se les están quitando las ganas.

Yo le explico que si voy, votaré, muy a mi pesar, a Podemos. Los dos coincidimos en que es lo menos malo para el bien común. Ambos no nos creemos ningún cuento, pero es lo que hay.

Cuando acaba el recreo de la ESO, me llama su director, fiel votante de Izquierda Unida, cristiano, y padre de tres hijos. Otro que va a votar a “Pablemos”. Le argumento lo mismo que al anterior compañero, y llegamos a la misma conclusión, no nos queda otra.

En mi colegio soy el último “mono”, en horario y honorarios, pero ante cualquier duda laboral, siempre viene la gente a preguntarme a mí. Desde limpiadoras a profesores, si necesitan alguna aclaración acerca de un posible ultraje a sus derechos como trabajadores, acuden para que yo les diga lo que esta bien o mal, o lo que es legal o no.

Esto no deja de ser curioso porque el centro tiene unos representantes sindicales. Antiguos compañeros que son auténticos funcionarios que poco o nada resuelven, a lo mejor al patrón si. Un claro ejemplo de lo que es España. Unos se llevan la lana y otros los palos.

No hay que ser muy listo para saber que la directora empresarial de mi centro educativo va a votar al PP. También parece evidente que con mi actitud no es extraño que mi situación en el trabajo sea injusta y ridícula. ¿Qué gano yo con esto?, nada, simple defensa de principios.

Al terminar mi clase me cruzo con una compañera, joven de ahora, que me pregunta sobre el debate de los cuatro aspirantes. La contesto que no lo vi. Estaba de borrachera en Pedro Bernardo. Añado que no pienso ver el cara a cara de dos mentirosos compulsivos como Rajoy y Sánchez. Ambos con alevosía y premeditación reformaron el artículo 135 de la constitución, dando prioridad a la deuda en detrimento de los derechos de sus compatriotas.

Una canción de Ska P lo explica muy claro, “bla, bla, bla, y más bla”. Muchas palabras, y muchas promesas, para luego coger nuestro dinero y dárselo a los bancos, o a los empresarios que les han aupado al poder. Mucha cara y muy poca vergüenza. De lo prometido nada cumplido.

Este domingo hay mucho en juego. Dentro de esta ruleta rusa hay unos que se juegan algo más que otros. Los que tienen hijos deben pensar en el mundo que les van a dejar. Si votan  a un partido infame como el PP les avocarán a la desgracia y semiesclavitud. Si votan al PSOE asegurarán que el cambio sirva para que todo siga igual. Si votan a Ciudadanos tendrán que transplantarles el corazón por calculadoras de última generación. Si votan a Podemos les invitarán a un sueño, que, como ha pasado en otras ocasiones, será destruido por la cruel realidad.

La gente, a cada paso que doy, me sigue preguntando. Yo sigo contestando que el próximo domingo o no voy, o que si voy votaré a Podemos. Mi respuesta es clara pero oscura a la vez. No quiero desanimar a los que todavía tienen ilusión. No es mi tarea quitar vendas de ojos que no quieren ver.

Hace mucho tiempo que tengo muy claro que gane quien gane en unas elecciones los que perdemos somos nosotros. También creo firmemente que esto no tiene solución, que las sociedades avanzadas han llegado a su límite. Pero, por otra parte, creo que, hasta que llegue el desastre total, habrá que seguir luchando para que los que vienen detrás tengan una pequeña posibilidad de vivir en paz.