El cuadrado... por Antonio Cabrero Díaz

16.12.2016 10:06

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo.

Aquí estamos otra vez para comunicarles que el Parque Aluche se llamará como todos, o casi todos, los vecinos de este barrio de Madrid querían, Parque Aluche. Su antiguo nombre, Parque Arias Navarro, por fin ha sido borrado del mapa para descanso de los que pedíamos justicia, memoria y reparación.

Esto que parece una estupidez no lo es tanto. Un parque no puede llevar el nombre de un asesino en plena democracia. Los países civilizados no homenajean a un responsable de más de 4.000 asesinatos salvo que sean dictaduras.

Sabemos que, según Telemadrid, Ahora Madrid lo esta haciendo todo mal y que el PP en la comunidad lo esta haciendo todo muy bien. Es indigno que los primeros quieran traer la democracia y la igualdad a nuestra capital, y es muy digno que los segundos quieran mantener la desigualdad y el robo a discreción en nuestra provincia.

El país donde vivimos, el trabajo donde trabajamos, y la sociedad en la que nos desenvolvemos y relacionamos, funcionan de la misma manera. Hay personas a la cabeza que dirigen y toman decisiones. Aquellos que peor tratan a la mayoría son los que más apoyo reciben. La culpa no es suya, es nuestra. Ajo y agua, y a tragar con todo lo malo que nos pase.

Sin más, esperando que les guste y disguste lo escrito, les dejo con:

 

 

EL CUADRADO

 

 

Estoy metido dentro de un espacio que es más extenso que el de la mayoría de las personas que me rodean. Tiene forma de cuadrado. Tiene paredes que son duras pero flexibles. Hay orificios por donde puedo salir. Son puertas que poco hacen percibir.

Al salir del cuadrado se tiene la sensación de estar libre y de poder moverse por el exterior. No dejo de notar que salgo de uno para meterme en otro, por muy verde que este sea.

Es como si la vida fueran diferentes estaciones de construcciones para que jueguen los niños. Cada persona se coloca en una de las múltiples salas que hay. Se sienten felices porque no notan que están tan encerrados como los que se encuentran en la estancia de salida.

Los colores mal utilizados ayudan mucho a camuflar el orden de las cosas. Es cuestión de tiempo que los cuadrados se nos caigan cual ficha de un domino gigantesco. Entonces nos quedaremos paralizados ya que ahora esta muy de actualidad. Es lo que tiene la moda que nos adoctrina sin que lo notemos.

Un simple análisis médico te lleva a un círculo. No hay nada como las figuras geométricas para entender una vida que no tiene solución final. Las rectas se ovalan según te invaden los problemas. Ecuación que se resuelve aceptando nuestra condición de mortales.

La enfermedad no entiende de geometría, tampoco de medicina. Es la que domina todas las materias. No hay ser humano que haya conseguido sacarla del círculo para introducirla en el cuadrado. Ni con la cuadratura del círculo ha sido posible.

Los años construyen pirámides que dibujan triángulos cuasi perfectos, los cuales intentan pinchar globos. Se agarran a los peldaños de las escaleras de construcciones ancestrales. No pueden aguantar, y tienen que ir saltando de uno en uno hasta llegar al último. El final no encuentra figura, y no hay consuelo que dé cabida a evitar nuestra desaparición que no desesperación.

Yo estoy a salvo dentro de mi  cuadrado. No me gustan los triángulos, y ni mucho menos quiero entrar en un círculo sin salida. Mi resistencia no de pende de mí, ni de mi cabeza, ni de mi cuerpo. Estoy en manos de un destino que espero que sea los menos ovalado y cruel posible.

Se acerca el final. Poco a poco este invento de los explotadores llamado tiempo se acaba. No pasa nada, es lo que hay. Las etapas que nos marcan los centros comerciales se van cubriendo, y los días no nos dejan mucho espacio para ser marcados.

Cualquier momento es bueno para desaparecer. La rapidez y la inconsciencia son solicitadas por los que no quieren sufrir. Hasta que llegue el fin salgamos del cuadrado derribando sus paredes ayudando al que lo necesita, y pinchemos la burbuja en la que nos han metido, haciéndonos creer que somos felices si vivimos una vida que no queremos vivir.