El periódico... por Antonio Cabrero Díaz
Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo. Aquí estamos otra vez.
Es una maravilla ver de nuevo colaborando con este blog a Chema. Todos los lunes nos informa en la sección, “crónicas del pueblo”, de la trayectoria del equipo de fútbol de Pedro Bernardo. De momento la cosa no ha empezado bien pero tampoco mal. Lo mismo que se pierde por la mínima se pueden volver las tornas y ganar.
En Madrid continua el acoso y derribo contra Manuela Carmena. Para los medios locales y nacionales el único problema que hay en el mundo es que una candidatura ciudadana esté gobernando el ayuntamiento. Esto indica que los tiempos de la esclavitud no están tan lejanos. Al esclavo que se alzaba contra el amo le perseguían hasta darle muerte. Ahora pasa lo mismo.
En Espanya no existe otro problema más importante que la separación de Catalunya. Todo gira entorno a este tema. Nuestra vida depende de si una región se independiza o no. No importa si nuestro dinero es utilizado para el bien común o para un particular. Es mucho más importante aclarar si el FC Barcelona jugará la liga española o no.
En el mundo sigue habiendo miles de conflictos armados que dan múltiples beneficios a unos pocos. Ahora el tema de actualidad es Siria de nuevo. Los refugiados dentro de unos meses serán un recuerdo atropellado por el tema de turno que los teletipos consideren más oportuno.
Sin más, esperando que les guste y les disguste, les dejo con:
EL PERIÓDICO
El kiosko esta cubierto por diferentes diarios de diversos países. Los que están más cerca de la acera son los de tirada nacional. Son los que el transeúnte tiene más a mano. Detrás de ellos, a modo de escolta, hay miles de revistas que lucen portadas con colores chillones y titulares chismosos que hacen un terrible daño a la vista.
El puesto de prensa esta muy solo. No es visitado como antaño. El lector le ha dejado de lado. Ahora los que más le frecuentan son los adictos a la nicotina. Los demás compañeros sufren la misma enfermedad. La soledad les golpea a modo de indiferencia. Empiezan a asumir que las nuevas tecnologías les van a descender a los infiernos.
El hombre que sabe demasiado no tiene ordenador. Tampoco tiene un móvil en donde poder leer el periódico. No entiende como un periódico se puede llamar digital. No comprende que un periódico no sea de papel manchado de tinta, relleno de dibujos y de letras que formen palabras con mensaje.
Nuestro peatón se divorció de los Kioskos no por el avance de las tecnologías, y sí por el avance de la manipulación. Para qué comprar algo que de raíz esta contaminado. No tenía sentido continuar con una tradición que no le concedía ninguna satisfacción.
A nuestro amigo desconocido le tildan de antiguo. Esto más que una ofensa es un halago para él. Es mucho mejor ser antiguo que no tener capacidad de pensamiento. Le alegra poder distinguir la verdad de la mentira. Pero, por otra parte, le entristece que habiendo más información que nunca la gente esté más desinformada que nunca.
De vez en cuando, una vez por semana, compra un periódico. La abre con lentitud y hastío. Pasa las hojas sin tardar pocos segundos. Lo termina de ver, que no de leer, en pocos minutos, y antes de tirarlo a contenedor azul, se para ante lo que considera que es lo mejor, el crucigrama.
Los lectores se jubilan. Los puestos de prensa desaparecen. Los medios están controlados por un par de empresas. El poder político los maneja y los utiliza para adoctrinar. Y los periódicos van a terminar siendo utilizados como sábanas de un banco transformado en cama por aquellos que la injusticia les he hecho dormir en la calle y a plena luz del día.