España, un pais de animales... por Antonio Cabrero Díaz

13.02.2015 01:10

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujuo, aquí estamos otra vez.

Ustedes pueden pensar que debe ser complicado e incluso aburrido escribir un artículo cada semana. Los temas a veces se esconden y no quieren salir. El papel en blanco asusta al más pintado. Y las ideas aconsejan el anonimato a los pensamientos que más que satisfacción van a provocar problemas.

Todo esto se diluye cuando me llega algún mensaje de amigos o conocidos diciéndome lo que le han parecido mis escritos. Es ese momento el que justifica que continúe alegrándoles o disgustándoles con mi sección Libertalia cada viernes. La idea principal es abrir un canal de comunicación entre personas dentro de un mundo de grandes avances en este sector pero totalmente desinformado e incomunicado.

Antes de empezar debo recordarle al señor Monedero de Podemos que le "han pillao con el carrito del helao". No ha cometido delito fiscal alguno pero si ético. Yo no puedo ir dando lecciones de moral a siniestro y sobretodo a diestro y por otro lado escaquearme de contribuir a la hacienda utilizando los mismos métodos de la "casta" a la que critico. Su dimisión debe ser inminente.

No se preocupen los "iluminados" de Podemos que a pesar de esto y todo la mierda que les saquen les vamos a votar igual. Sin más, esperando que les guste, y les disguste, lo escrito, les dejo con:

 

¡ESPAÑA! UN PAÍS DE ANIMALES

 

Estaba disfrutando de un concierto de rock de un estupendo grupo llamado Bulletmen con unos conocidos del barrio cuando tuve una pequeña conversación con un amigo de estos. El tema a tratar fue el de los toros con lo que esto conlleva si las opiniones son contrarias.

Me ha pasado varias veces, influenciado por las apariencias, que estando con personas de mis mismos gustos musicales y supuestas ideas políticas creo que van a pensar igual que yo. Esa noche en concreto me iba ocurrir lo mismo que cuando estas roqueando con individuos que dicen ser de izquierdas y a bote pronto te sueltan una fresca racista en contra de los inmigrantes y extranjeros que te deja totalmente descolocado.

Esa velada después del concierto comentamos lo del IVA cultural. Yo decía que me parece escandaloso que el estado machaque a la música, el cine, el teatro y la pintura con un 21%, y que el fútbol tenga el 11%, y lo mas sangrante, que los toros tengan un 7%, lo que demuestra que los que gobiernan apuestan por una sociedad alejada de fomentar el pensamiento propio y cultivar el espíritu.

Ante mi afirmación, dado el foro en el que me encontraba, no me esperaba discrepancia alguna, pero hete aquí, que como siempre, cuando menos te lo esperas, salta la sorpresa, y el amigo de mis conocidos dijo como si tal cosa que los toros son un arte.

Rápido pensé que lo mejor era no entrar en ese debate. Primero porque no tenía la suficiente confianza con esa persona y sabiendo como me pongo (pierdo los papeles) podría asustarle. Segundo porque las personas que piensan de manera distinta en este tema nunca suelen llegar a ningún entendimiento. Tercero, y ultimo, porque normalmente el que se encabrona soy yo y pierdo energía con el consiguiente arrepentimiento del tiempo perdido en naderías que no me van a aportar nada.

Después de pensar todo esto a la velocidad de la luz le dije a mi interlocutor muy serenamente que la fiesta de los toros es el último eslabón del circo romano, que España es un país de sádicos que disfrutan con el sufrimiento animal, que el mundo taurino desaparecería si se acabaran las ayudas del estado que recibe, y que deberían prohibir las corridas, los toros a la carrera, a la mar, embolaos, enmaromaos y lanceaos.

No me detuve ahí. Continúe diciéndole que yo respeto opiniones y gustos contrarios pero no cuando en ellas van incluidas la defensa de la diversión a costa de un ser vivo. Concluí preguntándole que si no le daba vergüenza que en pleno siglo XXI, en un país moderno y europeo, continuaran estas prácticas arcaicas y salvajes.

Pues no amigos, ni una pizca de vergüenza tenía, sino todo lo contrario, estaba muy orgulloso de sus gustos "artísticos". Además me recriminó mi postura y mi ignorancia en el tema, y añadió que soy intolerante y poco democrático. 

Ante esto me, de una manera amable, con una sonrisa en la boca, y en broma, le respondí que no le metía la cabeza en la cisterna del baño porque no era plan de armarla con una amigo de conocidos, porque no soy violento, porque tenía pinta de ser buena persona, y porque, aunque se lo merecía, nunca deben resolverse las disputas a golpes.

En vista de que la fiesta roquera se acabó me marché, no antes sin decir la última palabra. Dejando claro que este es un país de animales, en donde más de 150.000 personas asesinadas están enterradas en las cunetas, y de ladrones, que en cuanto están a tu lado te sisan hasta el dinero de una caña, y que la fiesta taurina es un elemento más que refuerza la marca España.

Días después mis conocidos me comentaron que su amigo se había quedado preocupado por si mi repentina desaparición fue debida a que me había enfadado. Estos le contestaron que no, que yo soy así de natural, que hago las cosas sin dar ningún tipo de explicaciones porque tampoco las pido, y que aunque a veces parezca un animal en el fondo soy buena persona. Buena persona si, pero manso no, y menos aun con practicas o aficiones que dañan los derechos humanos y los derechos de, mis parientes y amigos, LOS ANIMALES.