No hay bobos y no hay jetas... por Antonio Cabrero Díaz

05.08.2016 10:32

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo.

Aquí estamos otra vez soportando este verano que tanto les gusta a unos y tanto disgusta a otros. Pasa lo mismo con lo que aquí escribo. Hay unos que no entienden cómo puedo apoyar opciones políticas como Unidos-Podemos, y otros lo entienden perfectamente.

Muchos no pasan de la introducción, pues no son capaces de separar lo personal de lo general, y otros muchos, como mi quinta Pili, no dejan una coma sin leer. En ambos casos tengo que agradecer la atención prestada, pero voy a continuar en la misma línea, basada  en la búsqueda del bien común y la justicia social en todos los rincones del mundo.

Personalmente, debido al orgullo e intolerancia que caracteriza al ser humano capitalista, podría no subvencionar aquellos proyectos o asociaciones que estuvieran respaldados, o compuestos, por personas que no son de mi agrado por su ideología o catadura moral, pero mis principios no me lo permiten.

Mi única pretensión es abrir los ojos de los inmovilistas y sectarios. Hay puertas que muchos no las traspasan por la personas que las abren, a las cuales consideran enemigos, olvidándose de que el bienestar general es lo que está en juego.

Sin más, esperando que les guste y les disguste lo escrito, les dejo con:

 

        NO HAY BOBOS Y NO HAY JETAS

 

Pepe “Boti”, al cual su jefe, José Luis Pascual Dégano, no le da apenas vacaciones, me comentó la semana pasada que solo escribo artículos negativos. Que no vendría mal que de vez en cuando, dada la situación actual, intentara escribir algo que fuese positivo.

Estas palabras me recordaron a la jefa empresarial de mi colegio, la cual quiere gente que sea positiva. No le gustan los tipos como yo, que ponen pegas y que están todo el día protestando. Las personas negativas no son recomendables para la nueva línea que quiere implantar en su centro educativo.

Nuestra sociedad no admite la tristeza. Esta prohibido no ser feliz. Hay que demostrar a todas horas que lo estamos pasando en grande, y que estamos abiertos a realizar cualquier tipo de acción, demostrando nuestra positividad, para ser felices.

Gente como, por ejemplo, Rafael Sánchez Ferlosio, escritor, que le parece una atrocidad que todo se base en la diversión y en el ocio, están totalmente fuera de onda, y su opinión es totalmente rechazada.

No se puede sentir dolor. No se puede ser solidario. Uno no puede estar preocupado por las injusticias que se cometen, y, mucho menos, denunciarlas. Uno no puede aburrirse. Uno no puede no irse de vacaciones. Uno no puede ser tan negativo de no ser superficial, digo positivo.

Por un día me voy a integrar en esta sociedad televisada. Voy a dar una buena noticia. Con ella quiero alegrar a todas las personas que estaban preocupadas, y no podían dormir, por el elevado número de tontos y gorrones que nos rodean, y cuyo volumen de integrantes aumentaba sin parar.

Después de escribir años en la revista El Agujúo, y aquí en el blog Pb Agujúo, he llegado a la conclusión de que no existen los Bobos y tampoco los Jetas. Después de décadas describiéndoles y afeando su conducta, me he dado cuenta de que han desaparecido, o se han extinguido.

Cuando escribía la sección, “A los bobos de nuestro entorno”, gustaba mucho, incluso a aquellos que describía como Bobos. A veces tenía que decirle a alguno que iba dedicado a él a ver si lo pillaba. Años más tarde cuando escribo sobre los “Arrimaos” o “Jetas” que no pagan una ronda, sorprendentemente, se vuelve a repetir la historia, gusta mucho, incluso a los que considero que son unos Jetas.

Esto queridos amigos y amigas tiene una posible explicación, que estoy equivocado, y que  ya no hay Bobos ni hay Jetas. Eso o que soy un completo gilipollas, aparte de un auténtico Bobo y un descarado Jeta, eso sí, siempre POSITIVO y nunca NEGATIVO.