No nos dicen la verdad... por Antonio Cabrero Díaz

03.11.2017 01:19

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo.

Aquí estamos otra vez sin motivo de alegría. El pueblo llano no escarmienta y sigue cometiendo los mismos errores. Cuelgan una bandera de un balcón sin saber muy bien por qué cuando tendrían que poner carteles denunciando los derechos que el estado les niega.

Los políticos de España y Cataluña deberían aprender de mi panda de amigos de Pedro Bernardo. Un montón de hombres de múltiples y deferentes ideas pero casi treinta años juntos. En eso consiste la convivencia y la amistad en respetarse y ayudarse. Sabemos que juntos seremos más fuertes y más felices.

Ya lo dice Jou, no hay nada como los colegas de toda la vida. Tiene razón, a la hora de la verdad, son los que te dan lo que necesitas sin interés alguno y sin que se entere nadie.

Personas que piensan que un amigo es el que te dice “me gusta” en un ordenador, no entienden que, por ejemplo, discuta con Sergio como si nos fuéramos a matar y, no al día siguiente, al rato estemos tomando cañas tranquilamente, como tampoco entienden que seas antimilitarista y te acuerdes de Pedro (militar de profesión) cuando esta fuera de su país.

En nuestro grupo por encima de ideas, profesiones, dinero, mujeres, y demás, están las personas, en este caso los amigos. Idea principal esta que tendrían que grabarse a fuego en sus cerebros nuestros dirigentes, y aquellos y aquellas que deciden juntarse con nosotros, los Me Mata.

Sin más, esperando que les guste y les disguste, les dejo con:

 

 

NO NOS DICEN LA VERDAD


 

Este escrito lo iba a titular “nos mienten”, pero sería faltar a la verdad. No es que nos mientan, es que nos cuentan una verdad que no es del todo cierta. Esto que parece un trabalenguas lo entendí perfectamente al escucharlo en un programa muy interesante que emiten en TVE 2 que se llama “crónicas”.

Al ver el tema de Cataluña (es como decir que no ves el “sálvame”) me doy cuenta de cómo nos engañan. Nos venden una moto de que hay un problema de grandes dimensiones cuando realmente la vida cotidiana de los ciudadanos de allí es igual de tranquila que la de los que vivimos en Madrid.

Todo el que haya estudiado una oposición, o simplemente haya estudiado, sabe que el estado español esta dividido en administraciones. Los niños de primaria conocen los ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas como principales administraciones que organizan el estado.

Estas administraciones gestionan el dinero que el estado les da. Las mismas se rigen por leyes estatales y dependen de los presupuestos generales. Cataluña es una comunidad autónoma que, al igual que las demás, depende en todos los sentidos del estado español. No tiene hacienda ni ejército, ni nada que sea suyo.

Dicho esto, todo lo que he oído de mossos, bomberos, funcionarios, etc, son no verdades. Esta comunidad solo se podría independizarse si el parlamento español decide hacer un referéndum vinculante y este ofrece más de un sesenta por ciento de apoyo de su población. Esto es así, básicamente, porque lo dicen las leyes que todos han hecho, y recalco TODOS, los catalanes también.

Ya no existe ETA. La corrupción tendría que haber llevado a la cárcel a CIU y PP. Las protestas en la calle comenzaba a ser preocupantes. Los recortes merman día a día nuestros servicios públicos. No hay nada como machacar con una no verdad, que colaboren los actores políticos y los medios de comunicación ansiosos de ganar dinero, y el pequeño problema de ganar un poco menos de dinero queda resuelto para las grandes corporaciones.

En Irak hay atentados en muchas de sus ciudades. Nos dicen que los chiies y sunníes están en conflicto. Es cierto, pero no del todo. No nos dicen que Sadam los tenía controlados, y que ese país era próspero y vivía en paz. No cuentan que EE UU pidió más a su dictador y este se negó y se les enfrentó. No les importó aniquilar a la población civil para seguir manteniendo el nivel de negocio de sus amigos ricos.

Barcelona y Bagdad son el mismo ejemplo de que no nos dicen la verdad. No es mentira pero no es verdad, la verdad es que las capas más frágiles de la sociedad son las que sufren las consecuencias de la desigualdad mientras que las élites, detrás de un cristal tintado, se ríen con una sonrisa entre socarrona y falsa.