No pasar... por Antonio Cabrero Díaz

20.10.2017 08:45

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo, aquí estamos otra vez.

La cuestión más importante que debería preocupar a los habitantes de la Tierra es la destrucción de la misma. El clima esta dando señales y la fabricación de armamento nuclear las esta reafirmando. Todas las demás noticias que nos dan son simples activos que engordan la cartera de ese 1% de familias que tienen la riqueza en el mundo.

No hay ningún partido político español, de los más votados, que en sus programas electorales lleven medidas claras y reales sobre el medioambiente. Esto indica lo que este tema importa. Es evidente que a la mayoría le importa un bledo el deterioro y fin del planeta.

Sin más, esperando que les guste y les disguste, les dejo con:


 

NO PASAR


 

La estación del metro de Aluche tiene dos entradas. Una que da a la zona de Las Águilas, San Ignacio, Fanjul, etc. Otra que da a Aluche. Yo accedo al suburbano por esta última cuando necesito hacer algún desplazamiento.

Dicha entrada tiene cuatro puertas separadas por unos metros. Yo entro por la puerta A. esta tiene, a su vez, dos puertas, una de entrada y otra de salida. La de entrada esta abierta y la de salida esta, como es habitual, cerrada.

Todo el mundo, o casi todo, entra y sale por la misma  puerta, la que esta abierta. Soy el único peatón que entra por la de “entrada” y sale por la de”salida”. Miento, he visto a dos chicas, en un plazo de dos meses, hacer lo que mandan las normas de urbanidad, “dejan salir antes de entrar” y “dejar entrar antes de salir”.

La gente al ver que unas están abiertas no se plantea nada más. La comodidad, y, básicamente, el egoísmo del “yo a lo mío y al resto que le den”, se imponen de manera aplastante al pensamiento universal y solidario.

Ustedes podrían pensar que es un detalle sin importancia, pero creo que el hecho demuestra lo que somos como sociedad, seres sin educación ni principios.

Estoy en la terraza, un día cualquiera, pensando en lo que he escrito anteriormente, y veo a dos amigos de una conocida que llevan un mueble. Hasta aquí todo correcto. Pienso que van al garaje para coger el coche. Mientras uno deja apoyando el mueble en la puerta el otro va a su encuentro para cargarlo. Cual es mi sorpresa cuando observo que nadie aparece y que el mueble se queda allí. Al cabo de unos días el montón de colchones, trastos viejos, y basura en general, se agolpa en la acera, debajo de mi casa.

Anécdotas del día a día en una gran ciudad que una persona, que es capaz de andar quinientos metros, con un simple bote de cristal en la mano, para tirarlo en el contenedor de color verde, no puede entender. Datos que nos indican de qué pasta estamos hechos, y que explican el por qué de una sociedad cada vez más inculta e insolidaria. Hechos que describen la categoría de los representantes políticos que tenemos.

Como bien dice un amigo los diputados del congreso de España no son entes caídos del cielo. No son personas salidas de la nada y provenientes de un estado desconocido. Son gente como nosotros, que salen del mismo sitio que nosotros, y que muestran las mismas maneras y comportamientos que tenemos nosotros.

Si ellos roban es porque nosotros también robamos. Si ellos no cuidan el entorno es porque nosotros tampoco lo cuidamos. Si ellos maltratan a los animales es porque nosotros también los maltratamos. Si ellos son unos maleducados es porque nosotros no tenemos educación. Si ellos son gente sin integridad ni principios es porque nosotros no tenemos ni principios ni integridad. Y si ellos se saltan los límites por donde no hay que pasar es porque nosotros no pasamos ni unos segundos sin saltarnos todos los límites de la ética y la moral.