Otro ladrillo en el muro... por Antonio Cabrero Díaz

25.10.2013 00:00

Hola amiguitas y amiguitos de PB AGUJÚO aquí estamos otra vez. Antes de comenzar quisiera mandar un entrañable y sincero abrazo estrangulador a otro ministro del gobierno por la dedicación y el esfuerzo que emplea en sacar de quicio a toda la comunidad educativa. Nuestro héroe ha conseguido lo que ningún otro, poner a todos de acuerdo hasta llegar a la unanimidad. Sin Wertgüenza, quiero decir Señor Wert, es usted un auténtico monstruo, en el sentido más literal de la palabra, además de un chulo indecente y prepotente, al cual le pega más la barra del bar de un billar que la cartera de un ministerio.

Dejando de un lado a los que nos mal representan, tengo que comentar que me llena de orgullo y satisfacción que este blog haga feliz a la gente, tanto por sus contenidos, como por las campañas de apoyo a quien creemos que se lo merece, que luchan por sí mismos y por los demás. ¡Daniel qué película tan buena vas a realizar!

Hoy les voy a hablar de Educación, cuerpo y mente. Lo que todo junto nos lleva a ser un eslabón más dentro de la cadena que nos impone el sistema, sin que esto sea óbice para luchar porque se rompa o tome diferentes tonalidades.

Sin más, soñando que el miedo deje paso a la esperanza, y esperando que les guste, y que les disguste, les dejo con:

 

OTRO LADRILLO EN EL MURO

 

A los maestros que en la II República dieron su vida por la libertad y por tener una sociedad más justa, compuesta de individuos librepensadores y solidarios, los cuales han sido mi referencia para discurrir por el entramado mundo de la educación.

A Olga, porque es buena gente que camina, a la cual le gustará seguro lo que a continuación va a leer, y a la que espero que la vaya todo muy bien porque sin duda se lo merece.

 

Era muy joven cuando escuché primero y luego vi el vídeo “another brick in the wall” del grupo Pink Floyd, apenas había comenzado el bachillerato y la mente hacia tiempo que me llevaba a posicionarme del lado de los invisibles.

Este tema musical denuncia la manipulación que ejercen los poderosos que manejan el sistema sobre el individuo que compone sus sociedades productivas y modernas, al cual convierten en un número más en la estructura que mantiene su hegemonía y poder.

Los gobiernos al dictado de los que están detrás planifican nuestras vidas para que no nos salgamos de la línea que nos han marcado y así de esta manera conseguir que la producción no se pare, haciendo más ricos a los poderosos a costa de la vida de muchos inocentes y de la destrucción del planeta.

El arma más poderosa con la que cuentan los amos del mundo no tiene balas, ni esta compuesta de elementos químicos, sino todo lo contrario, se compone de letras e ideas, y se llama EDUCACIÓN.

La educación y la formación de las futuras generaciones es lo que realmente les importa a ellos y sus intereses. Si tú dotas de ciertos valores a tus dominados, basados estos en la competitividad, el consumismo y la diferencia, tendrás mucho terreno ganado para mantener tu dominio.

Tus hijos les importan un rábano. Lo que les interesa a los gobiernos es tener a la población controlada. Por este motivo los dos únicos partidos que han mandado en la España democrática hacen continuas y enrevesadas reformas.

El gobierno actual del PP ha llevado acabo la última reforma del sistema educativo (LOMCE), que se resume en: eliminar asignaturas que puedan alimentar el espíritu y hacer pensar, dar menos ayudas a quien más lo necesita, castigar a los profesionales del sector bajándoles el sueldo y haciéndoles trabajar más, e invertir menos dinero para facilitar el deterioro de la misma con el objetivo de que sólo puedan acceder a una educación digna y de calidad aquellos que más posibles tengan.

Estas medidas no son nuevas. Si uno da un repaso a nuestra historia se dará cuenta que siempre ha sido así e incluso peor por mucho que nos hayamos creído que la cosa había cambiado.

Yo desde pequeñito nunca quise ir al colegio. En parvulitos mi madre me tenía que empujar para que entrara en clase (parece que mi intuición me lo estaba diciendo). En la EGB aprobaba a cambio de “clicks” de “Famobil”, aunque más tarde, en el último tramo, me motivaba el hecho de competir y pasar buenos veranos, cosa esta que continuó así hasta aprobar el BUP y el COU. Empecé dos carreras, y a la tercera fue la vencida y finalicé la que consideré menos dañina para insertarme en el mundo laboral y poder transmitir los valores de justicia y solidaridad en los que creo.

Nunca me interesó lo que venía en los libros de texto. Nunca he creído en ellos, y a día de hoy sigo sin creer. No puedo creer en libros cuyos contenidos cuentan la historia de los vencedores y en donde nunca aparece la verdad de los vencidos. Libros en donde se enseña a leer y a escribir, a contar y hacer operaciones, con el único objetivo de que no nos plateemos nada más, ni el por qué, ni el para qué.

Hay una cosa incuestionable, cuanta más titulación tenga uno más posibilidades tendrá de vivir mucho mejor, incluso podrá llegar a lo más alto del muro aunque no le dejen formar parte de su estructura más valiosa.

Generación tras generación nos llevan educando de una determinada manera, con el fin de que formemos parte de una serie que mueva la cadena, y eliminando a todo aquel que ha levantado la voz o se ha alzado contra la máquina.

Yo soy un ladrillo que forma parte del muro, que cultiva su cuerpo, pero también su mente, y no para ser más que los demás, o presumir de ello, sino para ir erosionándome poco a poco y animar a otros a que se erosionen conmigo.

El muro tiene un color uniforme, obscuro y es triste, pero hay muchos ladrillos que empiezan a mimetizarse en otros tonos. Están los que ayudan a los que vienen de canteras de otros países, los que salen a la calle a denunciar lo que no es justo, los que desprecian el dinero como elemento diferenciador, y están los que quieren derrumbarlo para acabar con los que desde su atalaya nos vigilan.

 

Hace unos días cuando estaba sentado en una sala de profesores cualquiera, de repente, entró un ladrillo, bello e inteligente, que comenzó a decir cosas maravillosas sobre la huelga que se ha convocado durante toda la semana en nuestra comunidad educativa.

Yo fascinado solo podía escucharle. Sus palabras estaban eclipsando las de otro ladrillo más viejo que antes me había dicho que las huelgas solo servían para perder un día de sueldo. A la vez, estaba provocando en mí una gran emoción al comprobar que una gran ilusión no exenta de esperanza crecía en mi interior, la de que un día todos los que formamos parte del muro nos demos cuenta de nuestra fuerza y acabemos derribándolo, dejando paso a un campo abierto lleno de flores de colores y LIBRE de acero y hormigón.