"*"... por Antonio Cabrero Díaz

06.10.2017 00:25

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo.

 

Aquí estamos otra vez para ofrecerles una puerta a la esperanza.

¿Se acuerdan de la crisis?, se iba a acabar el mundo. Nuestro sistema económico iba a petar y nuestras vidas iban a ser un infierno. La prima de riesgo y la justificación de los recortes. ¿En qué quedo todo?, los ricos ganaron más dinero y los pringaos (nosotros) continuamos pagando en demasía.

¿Se acuerdan de los refugiados?, todo el día en los medios ofreciendo imágenes de seres humanos sobreviviendo a un éxodo imparable. El niño ahogado fue una anécdota y la guerra de Siria sigue demostrando la crueldad del hombre sin límites. ¿En qué quedo todo?, los ricos ganaron más dinero y los pringaos (nosotros) continuamos pagando en demasía.

¿Se acuerdan de Venezuela?, todo el día hablando de Nicolás Maduro y su dictadura encubierta. Un país sin comida, con presos políticos, si recursos sociales y siendo una amenaza para la paz de América. ¿En qué quedo todo?, los ricos ganaron más dinero y los pringaos (nosotros) continuamos pagando en demasía.

¿Se acuerdan de Cataluña?, todo el día en los medios informando de la fractura de una nación. La independencia, el referéndum ilegal, la actuación desproporcionada de los antidisturbios, y la guerra civil en marcha. ¿En qué quedo todo?, los ricos ganaron y ganan más dinero y los pringaos (nosotros) pagamos y pagamos en demasía.

Los medios de comunicación están para ganar dinero y no para contar la verdad. Mientras sus dueños, los que ganan más dinero con todo, nos metan el miedo en el cuerpo y nos tengan enfrentados, estarán tranquilos. Sus beneficios serán perpetuos, la desigualdad en las sociedades de los países desarrollados irá en aumento, y será imparable el hecho de que los nietos vivan en peores condiciones sociales que sus abuelos.

Solo ha habido un movimiento, pequeño pero importante, que en los últimos años ha hecho tiritar levemente a las élites, ha sido el 15 M y ¡DEMOCRACIA REAL! Estas protestas sin partido ni corriente concreta, alejadas de los cauces normales que marcan los estados, preocupó y de qué manera a los grandes grupos financieros.

La gente se echó a la calle para exigir a los gobiernos de España, de las comunidades autónomas, de Europa y del mundo, que aplicara una democracia real y desarrollar una constitución en donde las personas tuvieran acceso a un trabajo y vivienda digna, que son los pilares fundamentales para que un individuo adquiera lo mínimo de libertad personal.

Hacía tiempo que partidos, sindicatos, y medios de información, herramientas de manipulación del estado, quedaban totalmente al margen. Esto queridos lectores no se podía consentir. Estaba en peligro el estatus de los egoístas que manejan el mundo. Su máximo, “cuanto menos gane el pueblo más ganamos nosotros”, se tambaleó unos instantes.

Lo primero que hicieron las marionetas, que los contribuyentes eligen cada cuatro años, fue enviar a los antidisturbios a dar hostias a todo lo que se movía, metiéndose a repartir incluso en las vías de la RENFE. Enfrentar a obreros contra obreros siempre ha funcionado, policías contra manifestantes, pero esta vez no fue suficiente porque la gente estaba muy cabreada.

Si no funciona plan A siempre queda el plan B. “Dejemos que crean que sus ideas está representadas y nos dejarán tranquilo”. Se creó un partido nuevo, Podemos, con los retales de IU, PSOE, Anticapitalistas, y demás enchufados de la Complutense, para que los indignados estuvieran representados en las instituciones, y todo quedó, una vez más, bajo control.

La mini revolución se acabó. Este partido nuevo se cargó las protestas callejeras que tanto inquietan a los que mandan, y todos los problemas de sanidad, educación, dependencia, memoria, y justicia social quedaron en el olvido. Por otra parte le dieron vidilla a su antítesis (en teoría), Ciudadanos, no fueran a alcanzar cuotas de poder no esperadas.

El plan C, para rematar la jugada, ha sido potenciar los nacionalismos, el español y el catalán, y ¡ADELANTE!, efectivamente, ya somos, una vez más, totalmente suyos.

 

Sin más, esperando que les haya gustado y les haya disgustado, le he escrito:

 

SI NO QUIERES QUEDARTE TONTO, ¡APAGA LA TELEVISION! Y ¡LEE!