Salud dental... por Ángel Sánchez Díaz

13.03.2014 00:00

Todos nosotros en alguna ocasión hemos tenido que sufrir de una forma u otra la cómoda pero poco atractiva silla del dentista. En esta época tan moderna y con tanta tecnología cada vez son más jóvenes los que pasan por la dichosa “silla” e incluso se empastan muelas de leche en niños de 6-7 años.

Si observamos en algún documental o en algún viaje que hayamos hecho a pueblos poco o nada contaminados por el mundo occidental observaremos unas dentaduras perfectas en sus habitantes, cosa que llama poderosamente la atención, pues, o bien en estos pueblos donde la tecnología no ha llegado aún, tienen unos estupendos dentistas o lo más probable es que su salud dental sea excelente y por tanto no necesiten la temida “silla” para nada.

El siguiente artículo responde a este enigma, ya que es una investigación llevada a cabo por Weston A. Price en 1930. Casi 100 años hace que este hombre dedujo lo siguiente:

 

UNA EXPLICACIÓN A LOS PROBLEMAS DENTALES

 

La vida en todo su esplendor es reflejo de la madre naturaleza. –Weston A. Price, DDS

A comienzos de 1930, un dentista norteamericano llamado Weston A. Price empezó una serie de investigaciones únicas. Durante los siguientes diez años el Dr. Price viajó a lugares remotos en el mundo para estudiar la salud de poblaciones a las que la civilización occidental no hubiera afectado todavía. El objetivo de sus investigaciones se centró en tratar de averiguar cuáles eran los factores responsables de una buena salud dental. Sus estudios revelaron que las caries dentales y la deformación de los arcos dentales (que resultaban en dientes torcidos y apiñados), eran el resultado de deficiencias nutricionales y no de defectos genéticos heredados.

Los grupos que Price estudio incluyeron villas aisladas en Suiza, comunidades gaélicas (Escocia, Irlanda y la isla de Man), indígenas de Norte América, melanesios y polinesios, tribus africanas, aborígenes australianos y neocelandeses, y tribus indígenas de América del Sur. Los elementos comunes que el Dr. Price encontró entre estos grupos nativos que se alimentaban de dietas tradicionales propias del lugar. Dientes parejos y hermosos, ausencia de caries, apariencia física atractiva, resistencia a enfermedades y buenos temperamentos, fueron el resultado de este estudio en todas estos pueblos.

Cuando el Dr. Price analizó los alimentos usados por estos grupos aislados y encontró que, en comparación con la dieta americana de su época, éstos contenían al menos cuatro veces más vitaminas hidrosolubles (hidro-agua), calcio y otros minerales; y, al menos, DIEZ veces más vitaminas liposolubles (lipo-grasa) de origen animal, como mantequilla, hueveras, mariscos y órganos – hoy en día, estos mismos alimentos son considerados por el público como alimentos ricos en colesterol y peligrosos para la salud.

El Dr. Price descubrió que estas vitaminas liposolubles -vitaminas A y D- promueven la absorción de minerales y la utilización de proteínas por el cuerpo. Sin estas vitaminas nuestro cuerpo no puede absorber minerales, aún cuando éstos se encuentren en cantidades abundantes en los alimentos que ingerimos. También descubrió un nutriente liposoluble al que llamó el Activador X, presente en pescados, mariscos, órganos y mantequilla de vacas que se han alimentado de pastos verdes que estaban creciendo activamente (primavera y otoño.) Todos los grupos primitivos incluían en sus dietas algún alimento que contenía este Activador X.

La importancia de la nutrición previa a la concepción era comprendida por estas comunidades tradicionales. Varias tribus requerían que el futuro padre y la futura madre se alimentaran con alimentos ricos en nutrientes durante el periodo previo a la concepción. Este mismo tipo de alimentos se consideraba importante para mujeres embarazadas, mujeres que estaban dando de lactar y para niños en edad de crecimiento. Price descubrió que este tipo de alimentos era particularmente rico en minerales y en los activadores liposolubles que se encuentran sólo en la grasa animal .

Estos grupos aislados que el Dr. Price fotografió -con cuerpos atractivos, facilidad para reproducirse, estabilidad emocional y ausencia de enfermedades degenerativas-, resaltan al ser comparados con los grupos civilizados modernos. Estos últimos han sustituido las dietas tradicionales por productos del comercio moderno, incluyendo azúcar, harina blanca, leche pasteurizada, alimentos bajos en grasas y alimentos procesados llenos de aditivos y otros químicos.

Los descubrimientos y conclusiones del Dr. Price se presentan en su libro “Nutrición y Degeneración Física”. El libro contiene fotografías impresionantes de indígenas saludables y de buena constitución, así como fotografías de la degeneración física que ocurre cuando esta sabiduría milenaria es abandonada por la conveniencia de los productos modernos.

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Estas fotografías que el Dr. Price tomo a dos niñas seminoles muestran la cara hermosa y con amplio espacio para dientes parejos de una niña bajo una dieta tradicional (izquierda), y la cara estrecha, con dientes apiñados y menos resistencia a enfermedades, de una niña que nació de padres que habían adoptado una dieta “civilizada” de productos procesados y desnaturalizados (derecha.)

El Dr. Price murió en 1948 y sus últimas palabras  fueron ENSEÑAR, ENSEÑAR Y ENSEÑAR!!

Para más información sobre este doctor y dietas ricas en nutrientes podéis visitar las siguientes WEB:

https://www.asiquesi.com/lecturas/weston_price.html

www.WestonAPrice.org    Perteneciente a la Fundación Weston A.Price, organización sin fines de lucro, fundada en 1999 para propagar la investigación sobre nutrición del Dr. Weston Price. Sus estudios de pueblos desolados, no-industrializados, contribuyeron a establecer los parámetros de la salud humana y a determinar las características óptimas de   la dieta humana.