Sin tapa, pero a tope... por Antonio Cabrero Díaz

09.06.2017 09:11

Hola amiguitos de PB Agujúo.

Aquí estamos otra vez para advertirles que los tiempos de la censura no son cosa del pasado. Actualmente funciona en la calle, en los medios de comunicación y, cómo no, en tu lugar de trabajo. No se puede decir lo que uno quiere y, menos aún, lo que piensa.

En Irán se ha producido un atentado con más de doce muertos. Se asegura que el responsable del mismo ha sido el Estado Islámico. No deja de sorprender que uno de los países, que amenazan la seguridad del mundo, sea atacado por un grupo armado subvencionado por las principales potencias mundiales que solo buscan preservar la paz.

Qatar ha sido sancionada diplomáticamente por ser sospechosa de financiación a grupos terroristas. No sé si algún estado de los Emiratos Árabes se salva. Lo que es seguro, y está demostrado, es que Arabia Saudí es uno de ellos. Estos tienen al Tío Sam de su parte, y eso les da carta blanca para hacer lo que les viene en gana, donde, cuando, y con quien quieran.

El partido socialista aparte de decirnos que “pensemos en rojo”, se autodenomina, “somos la izquierda”, para su inminente congreso. Como ustedes comprenderán si este partido es la “izquierda” yo soy el Capitán Trueno y puedo volar sin alas.

Hace dos años que Ahora Madrid llegó a la alcaldía de nuestra ciudad. Lo único que puedo decir al respecto es: ¡VIVA MANUELA!

Sin más, esperando que les guste y les disguste, les dejo con:

 

SIN TAPA, PERO A TOPE

 

En un lugar no muy lejano llamado Pedro Bernardo, no hace mucho tiempo, el año pasado, se celebró el día de la tapa. Este año debido al desacuerdo de los diferentes establecimientos no se ha organizado este evento que, como de costumbre, se hubiera celebrado el primer fin de semana de junio.

No puedo sino agradecer a los propietarios de los bares y tabernas el hecho de que no haya habido tapa. Hacía tiempo que no disfruta un viernes, sábado y domingo tan placenteros en esta hermosa villa del Valle del Tiétar.

Después de una infernal y calurosa semana en Madrid me fui con Albertillo y Lupe, curiosa pareja, al pueblo. Allí esta esperándonos Wayne, en otro tiempo Juanchu, hermano y cuñado de los citados anteriormente. Todos los nombrados y este que escribe iniciamos el viernes unas cañas con tapas que nos sentaron de escándalo por el buen clima y la buena compañía.

Si el inicio fue bueno, y ya se acostó uno algo tocado y muy fresquito, el sábado fue el culmen. Se unió a la ronda el boticario, sin padres queridos, y Viti, sin amada esposa. La cosa estuvo espectacular. Unas cañas largas, que provocaron la desorientación de alguno, que nos llevaron hasta bien entrada la noche, incluso la madrugada.

Años han pasado desde que no rondaba con Pepe y Víctor sin hora y sin prisa, y desde luego que mereció la pena. Buena conversación y buen rollo que hacían imposible el hecho de irse a casa. Por un día algunos amigos, que por circunstancias de la vida no pueden, disfrutaron de los derechos que dan las ganas de estar con los tuyos, y la alegría de compartir momentos que ya no son tan frecuentes.

Un evento tan importante como la final de la copa de Europa de fútbol para mí fue insignificante. Tan insignificante que ni si quiera lo vi. Tuve que ir al rescate de “Zapatero” porque la estaba liando en un bar. Al salvarle a él, y servirle de escudo, me salvé a mí mismo.

Eché un ratito con Rubén muy agradable. Tuvimos nuestros típicos rifirrafes. Discutimos opinando lo mismo. Y al final nos reunimos con el resto de la corrobla, los cuales tenían una seria borrachera, bueno, algunos más que otros la verdad.

El domingo, antes de volver, hubo tiempo para otro momento, eso sí, con conocimiento y tranquilidad. Hubo bajas porque el día anterior fue para auténticos profesionales. Se comentaron las jugadas más importantes y se quedó en el aire el volver a repetir.

Horas más tarde en mi sillón, temiendo el comienzo de la semana, me vinieron a la mente las palabras de una amiga, “admiro a Cabrero por lo poco que necesita en esta vida para ser feliz”.

Tiene razón, no hace falta tanto; arreglar un reloj, leer un libro, nadar un poco, y, sobretodo, tomar unas cañas, tener pocos pero buenos amigos, y escuchar rock and roll, y, de vez en cuando, al corazón.