Soy pacifista pero vendo armas... por Antonio Cabrero Díaz

03.03.2017 08:54

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo.

Aquí estamos otra vez para confirmarles que viven en un país fascista. Las instituciones son fascistas, las leyes son fascistas, los medios de comunicación son fascistas, y, cómo no, los ciudadanos que lo habitan son fascistas. Esto no es de extrañar. La dictadura tuvo el favor de los que la querían, y de los que callaron y no la querían, durante muchísimos años.

Las víctimas seguirán enterradas con su verdugo. Los tribunales de injusticia así lo han decidido. A los familiares que les den por ahí. Es una lata esto de los muertos. Todo el día para arriba y para abajo. Dejémosles descansar en paz. Digamos alto y claro que no somos demócratas, que somos más fachas que la “división cóndor” y la “división azul” juntas, y que nos mola mucho homenajear a un asesino múltiple en el “valle de los caídos”.

Por si no tuviéramos fascistas suficientes, una asociación fascista “hazte oír” quiere, aparte de campañas homófobas infantiles, que Aznar haga un partido y se presente a las elecciones. Este tipo de bigote allá por finales de los setenta escribía para un periódico local artículos ensalzando la figura del criminal de “franco”.

Un gran hombre sin duda José Mari. Su último regalo dialéctico es que quiere que nos jubilemos a los 70 años. Esto es normal pues él con todo lo que se ha llevado gracias a los tontos que le votaron puede vivir de las rentas dos vidas más. “Fazmatella”, qué gran empresa familiar, que no sabemos donde tributa. Si se presenta, no lo dudes, vótale, no vaya a ser que se pierda nuestra principal seña de identidad, la más española, ser un auténtico fascista.

Sin más, esperando que les guste y disguste lo escrito, les dejo con:

 

 

SOY PACIFISTA PERO VENDO ARMAS

 

 

La semana pasada recomendé a mis conocidos, personas que considero que tienen algún interés por algo más que el último cotilleo de la alta y baja sociedad, que vieran el programa “salvados” en donde si iba a hablar del opaco mundo de la venta de armas.

Este espacio nos explicaba la relación comercial que tenemos con la dictadura de Arabia Saudí, en donde estuvo el actual rey concretando los últimos negocios que España va intercambiar con ellos, a través de una serie de entrevistas con personajes de diversa índole social y política.

Destacó por encima del resto la conversación entre el alcalde de Cádiz, “kichis”, miembro de la rama anticapitalista de Podemos, y el periodista Jordi Ébole. La verdad es que no tuvo ningún desperdicio el repaso que le dio el “follonero” al regidor, y fue muy indicativa para explicarnos en que manos están nuestras instituciones y nuestros destinos.

 

Mientras que el burócrata representante de la “marca España” no tuvo ningún reparo en afirmar que vendemos armas a los saudíes, que es una dictadura que vulnera los derechos humanos, que le da igual, y que es un negocio legal, el alcalde gaditano no daba una a derechas contradiciéndose torpe y continuamente.

El señor González dejó muy claro que ama la poltrona como el que más, y que es capaz de cualquier cosa con tal de conservarla. Puede llegar a tanto su amor por el poder, como ser pacifista y pedir que se construyan corbetas de guerra para matar gente en su ciudad. Y puede ser tan cándido  o desahogado como para decir que nadie votaría a un candidato en Cádiz si ejerce de pacifista y no quiere que se hagan esos barcos.

Los ex ministros Morenés y Margallo, y el señor burócrata, ya sabemos como son. Son personas sin escrúpulos que anteponen los negocios a la vida de la gente, que venden armas, y que incluso tienen empresas con las que ganan millones de euros. Pero tú, querido “kichi”, que vas de puro, de humano, no puedes afirmar que Cádiz tiene que fabricar las corbetas y que luego lo que hagan con ellas no es asunto tuyo.

Todos los ciudadanos del mundo, los que defendemos el derecho universal a la vida, haríamos lo mismo en tu lugar. Si yo viviera en una ciudad con un paro insoportable no me opondría a que Navantia construyese esos barcos. Pero lo que si haría, porque soy antimilitarista igual que tú, es dimitir de manera inmediata. No continuaría en el cargo ni un minuto más por simple coherencia. Un pacifista no puede colaborar con la empresa armamentística.

Tú y los tuyos no hacéis ni una milésima de daño comparándoos con la casta. Pero lo que habéis hecho tú y los tuyos es acabar con la lucha en la calle y con las protestas de las diferentes mareas ciudadanas, colocándoos en las instituciones públicas para que veamos lo listos y los guapos que sois sin tener en cuenta vuestros principios y vuestras ideas, y mucho menos las necesidades reales de la gente de a pie.

Tu partido, Podemos, creado por un fascista llamado Jorge Vestringe, lo financió un grupo de poder mediático por interés político y mercantil. La intención era recoger las reivindicaciones de los que luchan por la justicia social y acallarlas. Formáis un partido que no os distingue de los demás, con un secretario general que pone a dedo a su guardia pretoriana, y que en las próximas elecciones verá que la gente de izquierdas, la de verdad, no tiene ni un pelo de tonta.