Soy un hombre enfermo... por Antonio Cabrero Díaz

06.02.2015 00:00

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo, aquí estamos otra vez.

 

Estamos en tiempos de felicidad y buenas perspectivas. El único problema que puede enturbiar nuestras vidas perfectas no es el continuo saqueo al que nos someten las fuerzas políticas, es el terrorismo, y no el de casa como era nuestra tradición, sino el internacional, el chungo, el yihadista.

 

Que mejor manera de combatirlo que saltarse la constitución a la torera (ole, ole, y ole). Para qué llevar campañas preventivas en las escuelas de los rincones del mundo mas marginados. Para qué dotar de medios y alimentos a ciudadanos que están al borde de la desesperación. Y para qué, en definitiva, dejar de financiar a esos terroríficos grupos.

 

El artículo 25.2 de nuestra "sagrada" constitución dice que toda pena privativa de libertad estará orientada a la reinserción social. Pues va el PP y el PSOE y aprueban, por toda la cara, la ¡CADENA PERPETUA! A que mola. Financio el terror, meto miedo a la población, y de paso a todo el que me incomode, sea delincuente o no, me lo quito de en medio.

 

Este medida, según expertos jurídicos, parece que es, además de nada efectiva, totalmente absurda a nivel constitucional y judicial, pero demuestra que estos dos partidos quieren seguir teniéndonos atados y muy atados.

 

Sin más, esperando que les guste, y les disguste, lo escrito, les dejo con: 

 

"SOY UN HOMBRE ENFERMO..."

 

...Y la resaca es mi enfermedad. Debe ser algo muy grave porque nadie me puede curar. Cada día que pasa me encuentro peor, por no seguir los consejos del doctor."

 

Esto que acaban de leer es el estribillo de una canción del grupo cántabro "Deltonos", la cual nos viene a decir que la juerga le vence al protagonista, y que las consecuencias de la misma es la terrible y dura resaca".

 

Hay personas a las que desde muy jóvenes les han gustado la fiesta y el cachondeo sin llegar a límites de adicción y pérdida de rumbo. El hecho de quedar con amigos y tomar cañas hasta las mil es una rutina que muchos han dejado por motivos familiares y otros, lamentablemente, por motivos morales. Las causas médicas en este caso no influyen porque como bien dice el cantante no hay cura posible para esta incondicional enfermedad.

 

No se puede negar que el exceso de alcohol puede ser un problema serio para la salud, pero también es cierto que la falta del mismo nos puede llevar a ver la realidad que nos rodea de una manera nítida y clara y provocarnos una terrible y dura depresión.

 

Es un hecho contrastado que todo el que se cuida, hace ejercicio físico, y come sano tiene mas papeletas para vivir muchos años mas que aquel que fuma y bebe, no tiene actividad física, y come de una manera poco saludable. Si es cuestión de durar y alcanzar la inmortalidad es indudable que los primeros son los que lo conseguirán. Pero si se trata de que el cadáver que dejemos a los gusanos o tiremos al aire una vez incinerado tenga una sonrisa amplia y sincera es probable que los segundos sean los que lo consigan.

 

Un amigo dice que nuestro grupo del pueblo (ahora se llaman así las pandas) prefería la juerga a las chicas. Alejandro, una vez más, tiene razón. Uno andaba por allí con una, otro andaba por allá con otra, siempre con prisas y engaños para no perderse el final o disfrutar de un poco de la fiesta que se estaba celebrando en ese momento.

 

Algunos podrán pensar que esto es muy triste, que es una pena que un grupo de chicos (ya no tan chicos) fuera todo el día borracho y que encima tuvieran casi todos carrera, pero es lo que nos ha gustado siempre y con lo que seguimos disfrutando, y como algunas madres decían en los comercios para defendernos de las criticas, lo hacemos sin meternos con nadie (algunas veces si) y sin molestar a los que nos rodean.

 

La semana pasada me vinieron a la mente las palabras de Jandri. Había salido el miércoles, unas cervecitas viendo al glorioso, y también el jueves, una grabación de música y unas cuantas cervecitas mas. El viernes me propuse descansar. Fui a la tienda de una colega. Vino una amiga, les dije que me iba, a lo cual ambos me contestaron que si no me tomaba una. "Un par de ellas y me voy", fue mi respuesta.

 

En el segundo bar en el que entramos nos encontramos a dos amiguitos más. ¡Que alegría!, ¡venga otra ronda!, ¡y otra mas! Al final fuimos a tomar la penul a un garito de rock and roll del parque y aparecí en casa pasadas las tres de la mañana. No esta mal para no querer salir.

 

El sábado, después de entrenar (porque entreno), no tenia intención de moverme de casa, ni para ir a un concierto ni para tomar nada. Un mensaje, una leve duda, y unas breves cañas, de forma controlada me provocaron otro rato agradable y llegar tarde una vez más.

 

El domingo era el día definitivo, el de la verdad. Leer, escribir y escuchar música. Otro mensaje, que si han quedado la rubia, la morena, el uno y el otro, y que si te animas. Y como no me gusta la juerga para rematar me fui de cañeo todo el santo día.

A la mañana siguiente, en el patio del colegio, pensaba en la canción que da titulo a este articulo,  en las palabras sabias de mi madre Antonia, "como te ves por tu mala cabeza", y en las series de cuestas que me esperaban en la Casa Campo. Pero lejos de sentirme mal me encontraba bien. Me sentía feliz por hacer lo que quiero hacer, por tener gente con la que compartir buenos ratos (no todo va a ser luchar por la justicia social) y porque, en definitiva, el objetivo de morir con una sonrisa en la cara puede ser conseguido, y es que aunque crean que estoy muerto igual estoy tomando cañas y he perdido la noción del tiempo.