Un patriota, un idiota... por Antonio Cabrero Díaz

22.09.2017 09:38

Hola amiguitos y amiguitas de PB Agujúo.

 

Aquí estamos otra vez sin ánimo de ofender pero con ganas de dar batalla a los cerebros que aceptan que la verdad es que nos ofrecen. Nunca la mentira estuvo tan de moda como en el siglo XXI.

Sin más, esperando que les guste y disguste lo escrito, les dejo con:

 

 

“UN PATRIOTA, UN IDIOTA”

 

 

Nunca me gustaron los ejércitos, ni las banderas, ni los himnos, ni las patrias, ni las naciones, y, mucho menos, las fronteras. Nunca estuvo tan cerca el final del planeta debido a todo lo citado anteriormente. Nunca el ser humano estuvo tan alienado como en estos tiempos tan democráticos que disfrutamos.

Pensaba, cuando era niño, que cuando pasáramos el año 2000 habría menos fronteras y menos naciones, y cada vez hay más. Daba por supuesto que al avanzar la humanidad avanzarían los derechos humanos, y que el mundo sería una única nación en donde todos los terrícolas viviríamos en justicia e igualdad.

Si todos tenemos las mismas necesidades y somos iguales, ¿para qué fraccionamos el territorio en miles de países? No tiene sentido el hecho de que pudiendo vivir bien la mayoría de humanos vivan mal. Esto no es utopía es simple realidad. Cálculo matemático diría yo. Y ahí es donde está el problema.

Los recursos del planeta son limitados, pero utilizados de forma racional y solidaría serían suficientes para que todos los habitantes del planeta tierra vivieran de manera digna. El problema viene porque unos pocos lo quieren todo, a costa del resto de su especie y de la salud del lugar en donde viven.

Los que mandan en nuestro planeta son tan avariciosos que no se conforman con explotar a los más pobres sino que quieren sacar el máximo de las clases bajas, medias y altas. Esto trae como daño colateral destrozar el entorno y poner el riesgo nuestra supervivencia. ¿Qué hacen para que no nos demos cuenta de su maléfico plan?, explotar el tema del nacionalismo.

El nacionalismo se inventó para destruir la unión de los  pueblos, de la clase obrera, enfrentar a la mayoría de individuos de la misma condición social, y para que se continuaran enriqueciendo los más ricos. Un ejemplo simple es la Italia del siglo XIX. Ante las revueltas sociales se financió el nacionalismo del norte del país (zona rica) para evitar una posible demanda de justicia social por parte de los más oprimidos.

En Europa, y, más concretamente, en España, se esta actuando de la misma manera. Ante el expolio de los poderes fácticos hacia el pueblo y la revuelta del mismo contra ellos vuelven a aflorar los nacionalismos. Cataluña es el ejemplo más reciente.

En España, en su historia más reciente, se esta produciendo un saqueo por parte de sus gobernantes de lo más  descarado. El gobierno del estado, allá donde manda roba a manos llenas. El gobierno catalán, cómplice del estatal, roba de la misma manera.

Al ciudadano medio para tenerle ocupado mentalmente y no le de por echarles de la poltrona hay que ofrecerle un enemigo. Antes era ETA, y, como este asunto se ha terminado (muy a pesar del PP), ahora es el nacionalismo catalán y el nacionalismo español. Nuestro principal problema es la ruptura de España.

Tanto a catalanes (PDCAT, ERC, CUP; PODEMOS), como a españoles (PP, PSOE, CIUDADANOS, PODEMOS) no les interesa ninguna solución. Ellos solo piensa en votos igual a poder. En vez de estar todos en la cárcel y fuera de las instituciones siguen gobernando y ejerciendo la oposición, y de manera directa enriqueciendo a las élites llevándose su mordida correspondiente. Ni en sus mejores sueños PP y Convergencia hubieran conseguido un escenario mejor.

Ellos, los portavoces de los ricos, los políticos, saben que después de las moscas, incluso antes, la especie más abundante es la de los gilipollas, y España y Cataluña están llenas de ellos. Personas de tal estupidez que piensan que por el hecho de haber nacido en un sitio determinado son especiales.

Mientras esto sucede, de manera casi testimonial, soltaron la noticia del rescate a los bancos. Estos no van a devolver 40.000 millones de euros, que sepamos, o lo que es lo mismo, que tendremos peor sanidad, educación, dependencia, ecología, o lo que es lo mismo, nuestros derechos quedarán al nivel de los tiempos de esclavitud.

Pero esto es lo de menos. Lo realmente importante ahora es sentirse español o catalán y demostrarlo. Es ahora, en estos momentos tan importantes, cuando me viene a la mente una canción de la Polla Records en donde dice, “un patriota, un idiota”. Eso es lo que somos, idiotas. Tontos del culo que mueren en las guerras para que aquellos que les matan y roban ganen DINERO Y más DINERO.