Viva Siberia... por Antonio Cabrero Díaz

21.07.2017 11:11

Hola amiguitos de PB Agujúo.

Aquí estamos otra vez para avisarles que el agua no es ningún juego. Son más de 246 personas las que han perdido la vida en lo que va de año en aguas públicas. Hay que tener cuidado cuando nos bañamos en el mar, en los pantanos, y, cómo no, en las piscinas.

EEUU ha amenazado a Venezuela, y como es costumbre a Irán. Siguen erre que erre con el rollo de que los iraquíes desarrollan armas nucleares. A día de hoy los segundos si han firmado el tratado de no proliferación de armas nucleares, mientras los estadounidenses hacen lo que les da la gana y no firman nada.

El presidente de la federación española de fútbol, Ángel María Villar, ha sido detenido esta semana. No creo que haya nadie que se haya extrañado. Todo el mundo sabía, hasta el apuntador, que era un chorizo que amañaba procesos electorales para perpetuarse en el cargo. Confiemos en que la justicia haga su trabajo y en que el estado vigile las federaciones deportivas, caldo de cultivo de la corrupción más galopante.

Ha muerto Miguel Blesa. Siento por su pérdida lo mismo que sentiría él si el que hubiera muerto hubiese sido yo. Este señor ha dejado, aparte de robar a manos llenas una caja pública, a un montón de gente, sobretodo jubilados, sin un duro. No creo que nadie, aparte de sus familiares, le eche de menos.

Marruecos sigue condenando a saharauis a cadena perpetua por motivos políticos. No pasa nada, son amigos nuestros.

Sin más, esperando que les guste y les disguste, les dejo con:

 

¡VIVA SIBERIA!

 

Quién estuviera en Siberia en algunas ocasiones. Ya no hace el frío de antaño. Se puede estar en verano perfectamente a unos cuantos grados bajo cero. Siberia patria querida.

Lo tengo todo preparado, tengo las maletas. También me he comprado una piragua y un remo. El neopreno me lo pondré debajo del traje de neopelo. Las clases de natación hace años que las recibí. No tengo miedo a los osos polares. Cuando llegue hasta allí seguro que no queda ni uno.

En España lo tenemos difícil con el cambo climático. Estamos muy cerca de África. Yo diría que somos el norte de África y que Europa comienza más allá de los Pirineos. El calor no se va a quedar en el Valle del Guadalquivir. Tarde o temprano el Puerto del Escudo estará poblado de palmeras.

El agua nos rodea. No somos una ínsula por pura chiripa. Su nivel está subiendo año tras año y nosotros estamos encantados. Nos gusta el sol, las terracitas, y, cómo no, la playa. El chiringuito, más que un programa absurdo de fútbol, es nuestro lugar preferido.

Hace una semana se partió el iceberg más grande en la historia de la Antártida. Muchos pensarán que van a tener hielo para los cubatas todo el verano. Es un alivio, cuando estás en plena juerga, no tener que llamar a la furgoneta del hielo porque la espera te puede aguar la fiesta.

Los veranos duran seis meses y los inviernos cada vez son más rojos. Las abejas sufren la pérdida de estaciones y están en peligro de extinción. Tampoco es para preocuparse. Al año desaparecen miles de especies. Mientras que no se extingan los toros estaremos tranquilos.

El petróleo es el arma que utilizan los poderosos para mantener su hegemonía. A nosotros nos pone hasta su olor. No se entiende que los coches no sean todos eléctricos. El plástico todavía no nos estrangula en cuello, no somos peces nadando en el océano.

Sol, calor, diversión, así hasta el final de los tiempos. Estos no tardarán mucho en llegar. Los hijos, que son concebidos por sus padres como una prolongación del quise y no pude, están cerca de ver el fin. Esto es el fin, mi único y bello amigo, cantaba Jim Morrison. Ahora lo cantan las ranas.

En vista de que los gobiernos no hacen nada para evitar la extinción de nuestra especie, y de que al ciudadano medio le importa un bledo la naturaleza, me veo en la obligación de ponerme a la sombra, no utilizar nada de plástico, poner a Manu Chao, y cantar con él, “Siberia de día, Siberia de noche…”